Ja, je, ji, jo, ju. No es una broma, sino la poesía que lee David.

Efectivamente, no es una broma, sino el título de un poema de Rafael Alberti, que más que leer, David hizo el esfuerzo de aprendérselo de memoria y así de bien lo recitó:




La pregunta fue un poco complicada de responder, pero finalmente con ayuda se respondió. ¿Qué querría decir Rafael Alberti con que su corazón estaba vestigo de esmoquin rojo?

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